Por Constanza Kahn Ortega. Aecid.
La crisis sanitaria por el Covid 19 ha puesto a prueba a todos los sectores de la vida a nivel mundial. En Guatemala, muchos de los programas y proyectos replantearon su trabajo para adaptarse a las nuevas circunstancias y responder a la emergencia, buscando asegurar la sostenibilidad de los procesos durante el confinamiento.
Una experiencia para destacar es el proyecto “Adaptación Piloto de la Metodología de Graduación de Pobreza en el municipio de Nahualá, Sololá”, que cubre a 120 familias en las comunidades maya de Pasac y Chirijsacasiguan y que busca generar un modelo de intervención con enfoque multicultural y potencialmente replicable a mayor escala, que reduzca la pobreza extrema y la desnutrición infantil de forma significativa en el menor tiempo posible y garantizando la sostenibilidad de los procesos.
Esta iniciativa es implementada por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, ASIES, bajo la conducción técnica de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutrición SESAN, con apoyo de la Cooperación Española. Una de las prioridades del proyecto es contribuir al fortalecimiento de capacidades organizativas y empoderamiento económico de mujeres.
Según Thelma Caal, coordinadora del proyecto, “estas familias lograron disponer de alimentos orgánicos producidos en sus huertas y generar ingresos en el comercio local por la venta de productos de sus emprendimientos, tales como gallinas, huevos y hortalizas” que les ha permitido afrontar de una mejor manera el impacto socioeconómico del confinamiento.
Además, los ingresos de la venta de pollos de 22 de mujeres les ha permitido adquirir nuevo pie de cría, un total de 590 pollitos y 53 quintales de alimento, cuya logística para la entrega ha sido coordinada por el proyecto con el fin de garantizar el cumplimiento de los protocolos de seguridad en un contexto de pandemia.
Como resultado del proyecto y la apropiación comunitaria, se han establecido 99 huertos familiares y emprendimientos productivos de gallinas, pollos, tilapia y cerdos. También se cuenta con un banco de semillas comunitario para asegurar la sostenibilidad de las huertas y la autonomía alimentaria. Igualmente, durante la cuarentena “hemos hecho una buena articulación con el sector salud para darle seguimiento a los casos de desnutrición crónica, que ha permitido mejorar la situación de 22 niños y niñas”, expresó Caal.
Para Miguel González Gullón, coordinador general de la Cooperación Española en Guatemala, esta experiencia en su conjunto es muy significativa si se tiene en cuenta su valiosa contribución al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para Guatemala, garantizando el acceso a derechos a comunidades históricamente afectadas por la pobreza, lo que las hace altamente vulnerables a cualquier problemática.
Por qué en Pasac y Chirijsacasiguan
Las poblaciones de Pasac y Chirijsacasiguan fueron focalizadas para la aplicación de la metodología graduación de la pobreza, por sus altos niveles de desnutrición infantil, escasas oportunidades para la generación de ingresos, falta de acceso a educación y salud, viviendas en pésimas condiciones sanitarias y con hacinamiento total, mala calidad del agua e incidencia de enfermedades asociadas a la insalubridad y presencia de insectos perjudiciales para la salud.
En este contexto, las mujeres son las que se encuentran en peores condiciones de exclusión y pobreza, con menos acceso a educación y demás servicios básicos con respecto a los hombres, con un 99% de analfabetismo y, al no hablar español, quedan por fuera de la oferta institucional y sufren más el racismo y discriminación. La gente joven carece de oportunidades de formación y trabajo digno. Hasta antes del inicio del proyecto, estas localidades no contaban con una activa presencia del estado ni el apoyo de otras organizaciones de sociedad civil.
El proyecto aborda dichas problemáticas desde un enfoque integral, con acompañamiento técnico en idioma Quiché y un esfuerzo por trabajar con pertinencia cultural, con énfasis en el empoderamiento económico de mujeres y la articulación institucional para garantizar la sostenibilidad de los procesos a través de cinco componentes:
(1) Focalización de las comunidades.
(2) Transferencia económica condicionada para cubrir necesidades básicas en alimentación, salud de niños y sus familias.
(3) Grupo de auto ahorro y préstamos.
(4) Capacitación técnica para mejorar habilidades enfocadas en emprendimiento y empleo a cuenta ajena.
(5) Traspaso de activos productivos para poner en marcha una actividad económica sostenible, la que las mujeres definen, para obtener un ingreso económico.
Parte de la implementación de la iniciativa es la sistematización de los aprendizajes, analizando los logros y dificultades experimentados durante el proceso y extraer el conocimiento necesario para adaptar la metodología al contexto guatemalteco y proponer un escalamiento de la iniciativa a un nivel más amplio, a fin de avanzar hacia el logro de la Agenda 2030.