Las mujeres del Pueblo Maya son portadoras de saberes tradicionales para la producción de alimentos y textiles, con los cuales aportan al sostenimiento de sus familias y a dinamizar las economías locales, desde su cosmovisión.
Por esto, apoyarles en el fortalecimiento de sus emprendimientos, respetando sus saberes, tiene un impacto positivo, especialmente en la reducción de la pobreza y la desnutrición crónica que afecta al 46,5% de la población guatemalteca y que, en zonas rurales e indígenas, las tasas superan el 65% (PMA).
Yolanda Tuy es una de las lideresas comunitarias que hace parte del proyecto “Fortalecimiento de los medios de vida a través de la mejora de capacidades de resiliencia, para contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades indígenas rurales más vulnerables de Guatemala”, implementado por el Programa Mundial de Alimentos, con apoyo de la Cooperación Española.
Oriunda del caserío Cipresales de Sololá, Yolanda inició un negocio para la comercialización de textiles en un mercado local; hace un año se vinculó al grupo de ahorro y crédito creado con el proyecto, del cual obtuvo recursos para invertir en mejorar la producción y venta, logró incrementar sus ganancias y eso se reflejó en una mejora en la alimentación de sus hijos, de uno y dos años.
Aunque su familia es de escasos recursos económicos, decidió convertirse en socia activa del grupo, formándose también como consejera comunitaria. Además de la capacitación financiera y en igualdad de género, Yolanda ha recibido capital semilla como hilos para tejidos, con los que empezó a elaborar servilletas, huipiles (vestidos indígenas tradicionales) y fajas y diversificar su producción.
El Embajador de España, José María Laviña, y la Coordinadora General de la Cooperación Española en Guatemala, Cristina Aldama, visitaron a estas emprendedoras, donde tuvieron la oportunidad de conversar con ellas y conocer el impacto que este proyecto de cooperación ha tenido en su trabajo y cómo desde la promoción de la autonomía económica, las mujeres mejoran su calidad de vida y comparten estas experiencias en sus comunidades.
Esta metodología de trabajo de creación de grupos de ahorro, fortalecimiento de capacidades y emprendimiento es un proceso que el PMA ya venía trabajando en este territorio y que, con la contribución de la Cooperación Española, ha logrado llegar a más de mil mujeres maya formadas como consejeras comunitarias en 6 municipios y a 38 comunidades de Sololá entre 2020 y 2022.
Durante la visita a las comunidades, las mujeres hablaron sobre los impactos más significativos del programa y destacaron que de las mil mujeres a las cuales llega el proyecto, 720 se vincularon a los grupos de ahorro y crédito comunitarios, con el propósito que sus emprendimientos crezcan, generando valor para sus comunidades y, con sus propios recursos, mejorar la calidad de vida de sus familias. Esta a su vez es una de las estrategias más efectivas para asegurar la sostenibilidad de los procesos y ampliar el impacto de los mismos a otras mujeres de la comunidad.
Contribuir a la autonomía económica de las mujeres es una de las estrategias para la prevención de la violencia y discriminación que las afecta. Por esto, para la Cooperación Española, apoyar este tipo de iniciativas es un compromiso asumido en su Marco de Asociación País, que suma al esfuerzo del país para lograr los Objetivos de desarrollo 1 y 2 para erradicar la pobreza y la desnutrición, y el 5, que busca eliminar la discriminación y desigualdad que sufren las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres.
